Finalmente lo que se esperaba que fuera una fiesta del polo, no pudo ser. La Dolfina y Ellerstina pudieron jugar sólo 4:45 del primer chukker, lapso que le había servido a los de Cañuelas para adelantarse 2 a 0. A partir de allí, una resbalada de la yegua de Pelon Stirling fue lo que terminó desencadenando la suspensión de la gran definición del Abierto de Tortugas. Independientemente de quién pudo haber sido el mayor responsable de que el campo de juego no estuviera en condiciones, lo cierto es que en el polo lo primero es la integridad física de los jugadores y de los caballos.
Más allá de que la cancha había sido probada el día anterior, la intensidad y la velocidad a la que se juega este tipo de partidos hace que hasta que no comience a jugarse no se puede tomar real dimensión del asunto. Lo positivo aquí es que ambos equipos han demostrado voluntad para que el partido se reanude. La fecha elegida, por el momento, es el viernes 15 de noviembre, un día antes del comienzo del Abierto Argentino, considerando que en ese primer fin de semana de acción tanto La Dolfina como Ellerstina tienen libre.
Ojalá que pueda continuar.