By Alejandra Ocampo
Javier Tanoira lleva en sus venas uno de los apellidos más ilustres del polo – es hijo de Gonzalo Tanoira, el extraordinario jugador de 10 goles quien fuera integrante de Mar del Plata, el “tercero en discordia” en los tiempos de Coronel Suarez y Santa Ana y posteriormente, Presidente de la Asociación Argentina de Polo. Pero más allá de eso, Javier, también ex jugador de la Triple Corona Argentina, es un hombre inquieto y entusiasta, que aportó y aporta ideas y novedades, que apuntan a mejorar el deporte con el que creció y que tanto lo apasiona.
Su última gran creación nació en 2019, y se llama Roda Polo, con la idea de desarrollar un deporte parecido al polo, solo que los caballos fueron reemplazados por una rueda, una idea que fue inspirada tras observar a los hijos de los polistas profesionales, taqueando sobre bicicletas, por ejemplo. El roda polo consiste en un e-wheel, monociclos eléctricos que equilibro propio a través de un giroscopio, cuya una velocidad máxima es de 50km por hora, con tres modelos adaptados desde los 10 años en adelante, para jugar al polo subido a la rueda, es decir, polo sin caballos, y con todas las medidas de seguridad correspondientes: utilización de cascos, botas, rodilleras, antiparras y coderas. Hoy, el roda polo se practica en casi todo el mundo, ganando cada vez más adeptos a este nuevo deporte que ya se ha convertido en una verdadera pasión en todas las canchas; tanto que hoy, en plena temporada en Palm Beach, roda polo ya cuenta con un club donde se desarrollará exclusivamente esta nueva disciplina.
“Estábamos con muchas ganas de ir a Estados Unidos desde el año pasado, y finalmente recibimos una llamada de la United States Polo Association (USPA) en noviembre, para pedirnos una propuesta con el fin de organizar el roda polo en Wellington”, le contó Javier Tanoira a PoloLine. Y agrega: “Fui al Mundial de bajo handicap, y tras una serie de reuniones, finalmente logramos que nos presten un lugar que vamos a utilizar toda la temporada, con canchas exclusivamente para roda polo, es decir, aquellas donde no se juega polo a caballo. Estamos verdaderamente entusiasmados con el proyecto, porque es lo que llamaríamos el primer club de polo para roda polo en Estados Unidos, lo cual también nos da estabilidad, ya que veníamos jugando en canchas prestadas que nunca eran las mismas, y teníamos que decidir sobre la marcha”.
¿Qué nos podés contar del club y a quién pertenece?
El club se llama Polo West, y es propiedad de Scott Swerdlin, un gran amigo mío, que es el dueño de la clínica de caballos más grande de la zona, Palm Beach Equine Clinic. Gracias a Scott, tenemos esta propuesta para que todos se acerquen a jugar y participar. Wellington está muy bueno, porque es “el” lugar del polo en invierno en Estados Unidos, ya que todos confluyen allí y por otro lado es donde aparecieron los pioneros del roda polo, como Poroto Cambiaso y varios hijos de jugadores profesionales. Hay mucha gente que nos apoya y vamos a capitalizar eso; tenemos el club, pero también la idea es ir a donde nos llamen, para hacer exhibiciones. También vamos a organizar una academia de roda polo, con ruedas disponibles en alquiler, para aprender en clases individuales, grupales, clínicas, y jugar partidos o exhibiciones.
En lo que se refiere a Estados Unidos, y si bien durante la temporada ya tienen lugar asignado exclusivamente para roda polo, la idea es llegar a la mayor cantidad de gente posible con el objeto que “lo vean y luego lo lleven a los clubes en el norte – New York, Virginia, Texas, Kentucky; también ya hay roda polo en el oeste, en California. De a poco, se va desparramando por todos lados y nos pone muy contentos”, dice Javier muy entusiasmado.
Como decíamos al principio, ya se han visto exhibiciones de roda polo en los torneos más importantes del mundo – Sotogrande, Inglaterra, el Abierto Argentino entre otros, con lo cual también, y más allá de la importancia de contar con una sede permanente en Wellington en esta temporada en los Estados Unidos, Javier remarca que ya “concretamos emprendimientos en los últimos tres meses para llevarlo a otros países; México, Alemania, Holanda, Luxemburgo, Bélgica, España, Inglaterra y Francia ya han comprado ruedas”. Y concluye: “La gente apuesta al roda polo como una puerta de entrada al polo”.
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