Luego de 5 años, Patrick Paillol, uno de los mejores jugadores del polo francés del último tiempo, se dio el gusto de alzar nuevamente uno de los trofeos más prestigiosos que tiene este deporte en su país: el Open de Paris. Fue, naturalmente, vistiendo los colores de Kazak, organización de la que forma parte desde hace unos 10 años, compartiendo equipo con Santiago Irastorza y los hermanos Tomás y Martín Ferrari. A este último, le tocó la difícil tarea de reemplazar a Sebastien Aguettant, capitán y alma de Kazak, quien, lamentablemente, sufrió una lesión en el primer encuentro de la temporada que lo marginó de las canchas por el resto de la Triple Corona francesa. 

 

“Hace 10 años que estoy jugando con Sebastien, y con él compartimos el objetivo de formar una gran organización, ser competitivos y armar una estructura de la que los profesionales, los petiseros y todos quieran ser parte. El equipo para este año lo organizamos alrededor de Pandi (Irastorza) y Tomi Ferrari, que es una persona muy buena, de confianza, muy buen jugador, muy buena gente dentro y fuera de la cancha, es un placer jugar con él. Y, cuando se cayó Sebastien en el primer partido de la temporada, era lo lógico jugar con el hermano de Tomi, Martín, que tiene sólo 15 años y creo que debería haber sido el MVP de la final”, destaca el jugador francés de 5 goles

 

Y completa: “Con respecto a los caballos, hace un par de años que venimos comprando yeguas de mejor calidad, nos fue muy bien este año; y con Pandi, que trabaja en Ellerstina, y con Gonzalo Pieres, que tenemos muy buena relación, tenemos un par de yeguas muy buenas para competir en el alto nivel”.

 

La gesta deportiva de Kazak no quedó únicamente en haber obtenido el Open de París, sino que esto último fue la frutilla del postre en una temporada que para ellos será inolvidable. “Es un placer haber ganado la Triple Corona de Paris, encima contra Sainte Mesme, que es una organización grande y tienen varias copas ganadas en París en su historia. Robert (Strom) es un amigo íntimo, hace mucho que nos conocemos, y con quien compartimos el mismo objetivo: el de ganar y ser competitivos. Entre Sainte Mesme y Kazak somos muy amigos fuera de la cancha y grandes rivales dentro, porque los dos equipos queremos ganar, pero siempre con buena onda. Y le quiero agradecer a Robert por haber mantenido el equipo mientras que Corchito estaba en el hospital, fue una gran emoción jugar contra él. Lo más importante ahora es que Corchito vuelve y estamos muy contentos de verlo de nuevo en Sainte Mesme”, sostiene Paillol.

 

El escenario en el cual se desarrolla el polo parisino es, definitivamente, uno de los más particulares, glamorosos e históricos con los que cuenta este deporte. El Polo de Paris o, simplemente, Bagatelle, fue además una de las sedes en los Juegos Olímpicos de 1924, en donde el polo fue una de las disciplinas. Es así, que para cualquier francés, y para cualquier jugador de polo a nivel mundial, jugar en Bagatelle es siempre especial. Al respecto, afirma Patrick Paillol que “jugar en Bagatelle siempre me genera mucha emoción porque Bagatelle es un estadio particular, no hay muchos que tengan la historia, el alma que tiene: se cumplieron 128 años del Open de París. Para mí es un estadio donde hay más presión porque es un estadio cerrado, con mucha emoción y mucha historia. Habíamos ganado el Open con Clemente (Delfosse) en 2017, con Kazak – Outsiders, y es muy bueno ahora haberlo ganado con el nombre de Kazak. Es un logro impresionante para nosotros”.

 

Cuando habla de Clemente, se refiere a Clement Delfosse, otro de los grandes animadores del polo francés del último tiempo, también de 5 goles de hándicap, de quien cuenta que “somos muy amigos con él y con Matthieu (su hermano), capaz más con Clemente porque tenemos la misma edad, y a Matthieu lo vi siempre más como un hermano más grande. Compartimos mucho con Clemente, es un gran amigo, y es difícil tener amigos así en el polo. Gané el Open de París con los dos: con Matthieu en 2015 y con Clemente en 2017. Y pudimos jugar los 3 juntos, gracias a que Sebastien nos dio la oportunidad, en el mediano de Sotogrande. La pasamos muy bien. Calculo que vamos a volver a jugar alguna copa juntos en algún momento”.

 

El futuro se perfila más que alentador para Kazak, cuya base se emplaza en una zona en donde cuenta con vecinos de la talla de Sainte Mesme y La Magdeleine, a unos 45 minutos al sur de París. Y es que, más allá de lo más próximo, que los tendrá como protagonistas en La Moinerie y luego en Saint Tropez, Sebastien Aguettant y Patrick Paillol se animan a soñar con los dos próximos grandes objetivos: “jugamos el Open de France en septiembre en Chantilly con Jero del Carril y Segundo Amadori, que es el torneo que queremos ganar; el año pasado perdimos en la final contra La Magdeleine, nuestros vecinos. El futuro es seguir trabajando juntos con Sebastien, con quien compartimos la pasión por el polo, y gracias a él podemos tener una gran organización. Tenemos una gran amistad; nunca me pasó en mi carrera de polo. Para el año que viene estamos tratando de armar un equipo para jugar el alto de Inglaterra, pero falta y no está definido. Pero es lo que tenemos en la cabeza”.

 

Por último, y ante la gran afluencia de equipos que está haciendo vibrar al polo en todo el país,  ante las buenas expectativas de lo que vendrá y haciendo foco también en lo institucional, resalta: “Hablo mucho con Jean Edouard Mazery, el Presidente de la FFPolo. Creo que el polo en Francia está cada vez más competitivo: hubo 7 equipos muy buenos en el Open de París, 14 en la Rider Cup y en el Open de France va a haber 16. Tenemos que aprovechar tener este polo en Francia, sirve para todos: para los franceses, para los de afuera que vuelven a jugar a Francia. Quiere decir que tenemos buenas canchas, buenos clubes, buenas organizaciones, nivel competitivo. El polo alto, que fue el que más venía sufriendo en los últimos años porque teníamos muchos equipos de nivel más bajo, de entre 6 y 10 goles, creo que hizo subir bastante el nivel de todo. Hay muchas organizaciones grandes que juegan en Inglaterra que vuelven a jugar a Francia, y eso está bueno porque le pone presión a los otros equipos para organizarse, para estar cada vez mejor montados y ser lo más competitivos posible”.