En total, serán 10 los protagonistas que estarán montados dentro de la cancha el sábado cuando se dispute la definición del 126° Abierto Argentino de Polo. Y es que a los 4 jugadores de La Dolfina y a los 4 de Ellerstina se les sumarán los dos jueces que han sido designados para impartir justicia: Guillermo Villanueva, quien irá por su tercera vez (estuvo montado en 2018 y como tercer hombre en 2017) y Gastón Lucero, quien debutará en finales de Palermo.
“Es un honor que la AAP haya confiado en mí para referear la final del torneo más importante del mundo. Con Gastón y Martin (Pascual, el tercer hombre) el sábado nos toca ser el equipo que va a dirigir la final. La responsabilidad es del equipo”, sostiene Villanueva.
Por su parte, Gastón Lucero, de 39 años, irá por su primera vez, y cuenta: “Me genera una felicidad y responsabilidad enorme que me hayan elegido para hacer la final del torneo más importante del mundo. Desde que me inicié como referee, hace 7 años, que mi objetivo es llegar a hacer esta final”.
Obviamente que si bien cabe resaltar quiénes estarán a cargo del arbitraje en la final del Abierto Argentino, lo cierto es que también lo ideal es que pasen lo más desapercibido posible. También es cierto que para ello necesitarán de la cooperación de los jugadores para que el encuentro fluya de la manera más limpia posible. “Venimos trabajando duro toda la temporada, con psicólogo, revisión de partidos y jugadas todas las semanas. Nos hicimos chequeos médicos de rendimiento también. Hay que salir muy concentrados a implementar el sistema de trabajo que coordina Marcos Aldao”, afirma Villanueva.
En concordancia con esta línea de acción, Lucero asegura que “la preparación la venimos haciendo desde hace dos años con un plan implementado por la AAP, que incluye psicólogo deportivo, análisis de partidos y jugadas, chequeo médico y entrenamiento personal. El dia de partido hay que estar bien descansado y muy concentrado”.
Por último, una de las cuestiones que más se ha destacado en el presente Abierto Argentino en el marco del arbitraje ha sido el lenguaje tanto de señas como verbal implementado por los jueces, ya que los micrófonos han sido abiertos durante los partidos para las transmisiones televisivas. “Las repercusiones de las señas y los micrófonos abiertos fueron geniales. A la gente le gusta escucharnos dar los fallos, y simplifica mucho las cosas. Después, cada uno puede estar de acuerdo o no, pero ya no quedan dudas de qué fue lo que se cobró. Fue un paso gigante para nosotros y hubo mucho trabajo con el lenguaje adecuado para una trasmisión en vivo”, concluye Villanueva.