Después de estar ausente durante las últimas dos temporadas, Nina Clarkin, la talentosa jugadora inglesa y primera mujer en la historia en ostentar 10 goles de hándicap femenino, regresó a la Argentina para jugar la quinta edición del Abierto Argentino de Polo Femenino, con La Dolfina BP. Y vaya si fue un regreso inolvidable, porque las chicas se dieron el lujo de jugar un partidazo frente a su gran rival, como es El Overo Z7 UAE, en cuya alineación había nada menos que otras dos 10 goles, Lia Salvo y Hazel Jackson. Ambos cuartetos tenían dos títulos cada uno: le tocó a La Dolfina BP desempatar e irse a casa con tres Abiertos, tras una contundente victoria en la definición.
“Volver después de dos años es increíble. El equipo funcionó muy bien desde el comienzo; y en la final sabíamos que teníamos que enfrentar a un equipo durísimo, pero yo estaba muy entusiasmada, sobre todo porque vi que las chicas mejoraron muchísimo en estos dos años. Y estoy muy feliz, no puedo pedir más, fue buenísimo”, le dijo Nina a PoloLine luego del partido.
Si bien La Dolfina BP cuenta con un coach de lujo, ni más ni menos que Milo Fernández Araujo, también se sintió la gran experiencia de Nina en la cancha, que fue clave para que el equipo mostrara su mejor polo ante las campeonas defensoras. Dice Nina: “Bueno, les dí algún consejo, ¡creo que eso habla bien de mí! La idea era compartir mi experiencia, y viendo el talento de estas chicas, sólo quise organizarlas para sacar lo mejor de ellas. Creo que es lo mejor que le pude aportar al equipo”.
Respecto de Milo, Nina sólo tiene palabras de elogio: “Milo es un coach fantástico, nos mantuvo unidas, nos dio confianza y creyó siempre en nosotras desde el comienzo, sobre todo para jugar contra un equipo tan duro como éste, con más hándicap. Eso nos ayudó muchísimo”.
Después de dos años de ausencia, ¿cómo te sentiste en este 2021 en Argentina?
Venir a jugar este torneo, el de más alto hándicap del mundo, es un honor y un placer. Estar acá es algo inmenso, significa mucho para nosotras. Y, para mí, jugar con estas chicas y contra jugadoras tan buenas, en un privilegio, además de montar muy buenos caballos. No pudo haber sido mejor. Estaba muy ansiosa por llegar y jugar con estos caballos y estas jugadoras.
Para finalizar, y con relación a los consejos que les dio a sus compañeras, Nina contó con mucha gracia que mezclaba inglés y castellano aunque “¡mi español es bastante malo! (risas). Pero no hubo problemas porque las chicas hablan muy bien inglés y nos pudimos comunicar sin problemas. Fuimos un equipo, jugamos como equipo, cuatro jugadoras dando lo mejor de sí”.