By Alejandra Ocampo

Si uno habla de los Juegos Olímpicos de París, en 1924, los más probable es que la mente se redirija a aquella extraordinaria película, “Carrozas de Fuego”, que se realizó allá por 1981 y cuyo argumento estaba basado en dos excepcionales atletas británicos, Harold Abrahams (inglés) y Eric Liddell (escocés), quienes ganaron las medallas de oro en los 100 y 400 metros, respectivamente, superando a los hombres más veloces del mundo de esos años, los americanos. Pero más allá de los logros de Abrahams y Liddell, los Juegos Olímpicos de París de 1924 marcaron un hito también para la Argentina, ya que 12 de julio de ese año, el polo le dio al país su primera medalla de oro olímpica. Un dato que quizás muy poca gente conoce.

 

Hoy, 100 años más tarde, París recibirá nuevamente a los Juegos Olímpicos, los cuales se realizarán entre el 26 de julio y el 11 de agosto. Como en cada uno de los Juegos, habrá atletas tratando de emular Abrahams y Liddell; pero a diferencia de 1924, París 2024 no tendrá polo, ya que el mismo dejó de ser deporte olímpico luego de la apabullante victoria de Argentina sobre Inglaterra (11-0) en aquella memorable final de Berlín, en 1936.

 

El camino a la medalla de oro en polo para Argentina comenzó con aquella recordada gira de 1922, cuando un equipo argentino financiado por el Jockey Club fue a jugar el Abierto Británico. En silencio, paso a paso, los argentinos dieron la sorpresa: contra todos los pronósticos, ganaron el prestigioso certamen. Luego de esta conquista, recibieron una invitación de la United States Polo Association (USPA) para participar del US Open. Y los argentinos también ganaron el US Open.

 

Motivados por la hazaña, el Comité Olímpico Argentino, creado el 31 de diciembre de 1923 y presidido en esos años por Ricardo Aldao, decidió incluir el polo en la delegación argentina olímpica. El país iba a participar por primera vez en los juegos, y los gastos y la estadía en St. Clouds de los polistas argentinos estaban dentro de un presupuesto de $ 250.000 que el entonces Presidente Marcelo Torcuato de Alvear aprobó para el Comité. Los polistas argentinos integraban una delegación de 93 deportistas, que participaron en once disciplinas.

 

Vale aclarar que el polo iba a estar presente en los Juegos Olímpicos de París de 1924, previstos entre el 5 y 27 de julio, por cuarta vez. Curiosamente, la primera vez que se presentó el polo olímpico fue también en París, en 1900, compitiendo en Bagatelle. En esa ocasión la medalla dorada fue para los Foxhunters Hurlingham, un combinado formado por jugadores ingleses y americanos. El polo continuó posteriormente en los Juegos de Londres 1908 y Amberes 1920.

 

El equipo argentino de polo, de 25 goles de handicap, lo integraron Juan Nelson 7, Juan Miles 7, Enrique Padilla 6 y Arturo Kenny 5. Los suplentes eran Guillermo Brooke Naylor y Alfredo Peña. “Los caballos nos precedieron en el viaje y a su llegada fueron alojados en Saint Cloud, no lejos de las canchas de Bagatelle, donde efectuábamos las prácticas preliminares”, escribió uno de los protagonistas de aquella gesta, Juan Nelson, en el libro “El Polo en la Argentina”, de Francisco Ceballos. “Los competidores eran Inglaterra, Estados Unidos, España, Francia y Argentina”.

 

Argentina debutó ganando por un categórico 16-1 frente a España; subsecuentemente, iban a vencer a Inglaterra (9-5) y al poderoso Estados Unidos, en un partido durísimo, que se jugó el 6 de julio, bajo condiciones climáticas nada favorables (húmedo, caluroso y con amenaza de lluvia, que apareció a poco de comenzar el partido). El mismo Juan Nelson definió en el último chukker para llevarse la victoria por 6-5. Cuenta el prestigioso y recordado historiador del polo, Horace Laffaye, en su libro “El Polo Internacional Argentino”, que Nelson trajo la bocha del gol de ese partido y hoy se conserva en una vitrina en la Asociación Argentina de Polo. Finalmente, el pase para el partido por la medalla de oro llegó tras la victoria por 9-5 contra Inglaterra, el 9 de julio. Francia esperaba en Garches St. Cloud, para la gran cita del 12 de julio de 1924.

 

Ese día, fue prácticamente un paseo para el equipo argentino, que arrollaron a los franceses para llevarse una contundente victoria de 15-2, que le dio a la Argentina su primera medalla dorada olímpica de la historia.

 

La actuación del equipo argentino en los Juegos de París, en 1924, puede ser resumida en una crónica de la época, que Laffaye transcribió en su libro: “Los argentinos sorprenden por su gran habilidad con el taco. Menos fuertes que los americanos, practican con una sangre fría y una decisión vivaz, una táctica muy suelta y variada. Cada uno da la impresión, por la velocidad que despliega, de hallarse plenamente seguro de la colocación de sus compañeros en el campo de juego”.

 

A su retorno al país, los polistas argentinos fueron recibidos como héroes; no era para menos, ya habían logrado una hazaña incomparable en 1922, y en 1924 se produjo la segunda, con la obtención de la primera medalla dorada olímpica de la historia para la Argentina.

 

Como dato, quedaría preguntarnos si quizás los héroes argentinos del polo de aquellos Juegos Olímpicos de París en 1924, se habrán cruzado en lo que fue la primera Villa Olímpica, con los héroes británicos del atletismo de esos mismos Juegos, inmortalizados en Carrozas de Fuego, Harold Abrahams y Eric Liddell… Nunca lo sabremos, pero sin dudas habría sido el encuentro entre algunos de los más grandes deportistas de la historia.

 

Video – Argentina en los Juegos Olímpicos de París en 1924

 

Video gentileza de Santiago Bachmann.