La Dolfina se encuentra atravesando uno de sus momentos más difíciles desde que llegara Milo Fernández Araujo allá por 2013. Cuando el ex Indios Chapaleufú 2 se hizo cargo del equipo, los de Cañuelas lograron convertirse en aquella formación que todos esperaban que fuera: dominante, contundente, eficiente, implacable. No alcanzan los dedos de las manos para enumerar todo lo logrado por el histórico cuarteto que conforman Adolfo Cambiaso, Pelon Stirling, Pablo Mac Donough y Juan Martín Nero a lo largo de las últimas 6 temporadas.
Milo los instó a que salieran a ganar cada torneo en el que se presentaban; tal es así, que su primer título fue el Abierto de Tortugas en 2013, torneo que nunca había podido lograr La Dolfina desde que en el año 2000 empezó a participar de la temporada argentina de alto hándicap. Luego llegaron las tres Triples Coronas de manera consecutiva, el pentacampeonato en Palermo y más.
Pero hoy la amenaza de Ellerstina es más firme que nunca. Cabe recordar que el último título de los Pieres fue en 2012. Y si bien es cierto que el año pasado estuvieron cerca, también es cierto que una de las características principales de este equipo de La Dolfina fue saber sortear esas dificultades para salir siempre victorioso.
Si bien los resultados lo avalan en este 2018, la generación de juego no es la misma que solían tener, la contundencia tampoco, aunque sí han sido realmente efectivos. Con respecto a la actualidad del equipo, Milo remarca: “Creo que deben ser bastantes cosas. Creo que fueron muchos buenos años, y eso inconscientemente un poquito te entra en la cabeza. Hay que trabajar en la cabeza, está todo ahí, no está en otro lado; no está ni en la cancha rota, ni en la bocha pesada. Para mí, está en que hay que hacer un click en la cabeza y saber que somos el equipo más grande del Abierto no sólo en cuanto a jugadores, sino también en edad”.
Y reafirma: “Creo que hay que trabajar la cabeza en estas dos semanas que quedan, que es poquito, y se puede lograr. El polo lo tienen, lo tenemos, los goles los tenemos, hay que trabajar la cabeza y cambiar la actitud, nada más”.
Será raro en 2019 no ver a Milo Fernández Araujo al borde de la cancha como coach de La Dolfina. Y es que a comienzos de la presente temporada de alto hándicap, dio a conocer su decisión de que ésta sería su última Triple Corona junto a los de Cañuelas, y todo hace suponer que la determinación quedará firme luego de la final que se llevará a cabo el próximo 15 de diciembre. Un binomio que ha funcionado a la perfección y que realmente ha dejado una marca imborrable en lo que a la función del coach en el polo refiere. “A mí me cambió cantidad ser coach de La Dolfina. Me dieron la posibilidad de estar con 4 cracks, lo dije siempre. Creo que nos servimos mutuamente; yo dándoles una mano, porque eran como 4 cracks desconocidos que se conocieron, pero tampoco es que hice mucho, no te creas que hice mucho. No hacían nada ellos y, con muy poquito, son lo que son”, comenta Milo.
Y concluye: “Y a mí me dieron una mano grande porque cuando uno llega a 9 o capaz a 10 goles y te retirás, te queda un vacío grande. Y me dieron 6 años, con éste, muy divertidos”.