Sin ningún lugar a dudas, el lunes 20 de enero de 2025 será recordado como uno de los días más dolorosos en la historia del polo. El día que nuestro deporte perdió a dos figuras esenciales, cuyo entusiasmo y dedicación fueron y serán por siempre su legado – Rufino Laulhé, de tan solo 15 años y uno de los jugadores jóvenes más prometedores, en un terrible accidente automovilístico; y Martín Garrahan, la gran voz del polo, quien a sus 57 años, y tras luchar como un león, perdió la batalla contra una durísima enfermedad.
Rufino Laulhé era hijo de ex jugador de la Triple Corona, Gastón Laulhé y su esposa, Verónica. Junto a su hermano Beltrán, de 18 años, que viene de participar del último Abierto Argentino junto a La Zeta Kazak nada menos que al lado de Nico Pieres, soñaban con jugar Palermo juntos. Con tan solo 15 años, Rufo, como era conocido en el ambiente, venia avanzando a pasos agigantados y nadie ponía en duda que en un futuro iba a lograr ese sueño con su hermano. Ambos nacieron en Buenos Aires pero se criaron entre Buenos Aires y La Pampa, y comenzaron sus carreras en La Dolfinita, la escuela de polo de María Chavanne. El talento de Beltrán y Rufo no pasó desapercibido para Ali Albwardy, el patrón de Dubai Polo Team, y de Lolo Castagnola, quienes enseguida los ficharon para Dubai y La Natividad. Si bien jugaba de back, la fortaleza de Rufo era fundamentalmente su facilidad de adaptación al puesto en el que le tocara jugar. Así, en 2024 consiguió logros más que significativos que sumaron a su prometedora carrera: con la selección Argentina, ganó la prestigiosa Coronation Cup, en Guards Polo Club, en Inglaterra y fue el MVP del partido. En Sotogrande, en Ayala Polo Club y junto a Beltrán, defendió una vez más los colores de Argentina, ganando el test match frente a España, donde una vez más fue la gran figura y goleador. También en Sotogrande brilló en MB Polo, junto a Poroto Cambiaso y Pablo MacDonough. El pasado mes de diciembre había recibido el Premio Centenario, que le entregó el Comité Olímpico Argentino (COA), como reconocimiento a su sobresaliente desempeño deportivo, un premio a su compromiso y dedicación, además del trabajo realizado junto a su padre y a sus mentores, Lolo Castagnola y Ali Albwardy.
Desgraciadamente, los sueños de Rufo quedaron truncados en una ruta cercana a Trenque Lauquen. Beltrán y Rufo habían participado de la Copa La Natividad, en La Andría Polo Club, en Santa Rosa, La Pampa, y venían camino hacia Buenos Aires, destino previo a su partida a Palm Beach, donde los hermanos iban a jugar por primera vez. La embestida contra un camión truncó los sueños del pequeño Rufo, y una carrera más que prometedora.
En los últimos 30 años, Martin Garrahan fue la voz del polo en la cadena ESPN. Junto a Gustavo Sgalla, las transmisiones de la Triple Corona Argentina, fueron una marca registrada. Mientras Gustavo relataba los partidos, Martin, aportaba sus más que interesantes comentarios sobre las jugadas, que los hacía más entretenidos, aportando sus enormes conocimientos sobre los caballos. En este aspecto sobre todo; era un lujo escucharlo hablar de cada línea de sangre, el enorme conocimiento que tenía de toda la “familia” de tal o cual yegua. Se podría decir que a lo largo de 30 años, Gustavo y Chochan – como todos lo llamaban – fueron una sola pieza que se complementaban perfectamente.
Además de ser un extraordinario comentarista, Chochan fue polista. Según contaba, heredó esa pasión de su padre Alex, quien fue parte de la hazaña de Indios Chapaleufu, aquel 1986, cuando junto a Horacito, Gonzalo y Marcos Heguy ganaron su primer Palermo, nada menos que frente a La Espadaña (el golazo de Marcos Heguy de punta a punta, ¿se acuerdan?). Luego de ganar dos Abiertos Juveniles, Chochan avanzó hacia el Abierto Argentino, que jugó por primera vez en 1994 y 1995, con Centauros, y llegó a los 8 goles de handicap. Fue uno de los muchos jugadores que en aquellos años frecuentaba Brunei, y tras la experiencia en Asia, donde también conocería a la familia Beh, de Malasia, que terminaron convirtiéndose en familia para él y los suyos, Chochan jugó la Cámara de Diputados, que ganó en 2000 y 2001; ésta última con La Irenita junto a Pablo y Matías MacDonough, les valió el “ascenso” al Abierto Argentino.
Era ingeniero agrónomo y se convirtió en criador de caballos junto a su hermano, Patricio (Cucho) y su padre; en 1994 ya relataba para ESPN, labor que desempeñó durante 30 años. En 2003 fundó su club, Polo One, en General Rodríguez, uno de los que más actividad tiene tanto en otoño como en primavera, con torneos para todos los niveles.
Hace unos años, Chochan fue diagnosticado con un cáncer de páncreas; pero así como era guerrero en la cancha y en la cabina de comentarista, así le dio pelea al “bichito” como decía él, sin bajar los brazos jamás. Siempre positivo, optimista, con un entusiasmo envidiable; ponía pasión a lo que hacía, a sus comentarios, aún en su última Triple Corona, en 2024, con la misma energía de siempre. No importaba el “bichito”, ni los tratamientos, las internaciones, los cuidados constantes. Siempre estuvo ahí, dando batalla. Tuvo la felicidad de pasar sus últimos días en el mar, junto a su amada familia, hasta que su cuerpo dijo basta, el lunes 20 de enero de 2025.
Con la partida de Rufino Laulhé, se va una de las mayores promesas del polo argentino y mundial; un chico de 15 años que ya había demostrado que estaba para convertirse en estrella del polo. Pero en ese camino que recién empezaba a recorrer se interpuso un siniestro choque en la ruta que hizo pedazos esa ilusión. Con Martín Garrahan se despide una personalidad ícono del polo, un relator que cautivaba al televidente con su voz grave, sus chistes, sus anécdotas y sobre todo, esa inagotable sabiduría sobre el polo y los caballos. Ambos, a su manera, dejan un gran legado para el deporte y para la vida; un legado de dedicación, compromiso, pasión, perseverancia, esfuerzo y trabajo.
Desde PoloLine, enviamos todo nuestro cariño y afecto a las familias Lauhlé y Garrahan, acompañándolos con un abrazo desde el corazón, rogando que Dios Nuestro Señor les de la fuerza y la paz para poder sobrellevar este durísimo y enormemente triste momento.
¡Gracias Rufo y Chochan! ¡Por siempre inolvidables!