By Alejandra Ocampo

 

Como muchos sabrán, hacia 1865 Inglaterra llevó el polo a occidente, luego de haberlo importado desde India a través de los oficiales británicos que cumplían servicio allí. Los ingleses lo acomodaron, lo reglamentaron y fundaron la primera entidad reguladora del deporte: la Hurlingham Polo Association.

 

En 1876, James Gordon Bennett, llamado “el padre del polo americano”, vio un partido en Hurlingham, y se entusiasmó tanto con el polo que se propuso llevarlo a su país. Bennett preparó jugadores y caballada, y fue el encargado de organizar los primeros torneos en Estados Unidos. Gracias al entusiasmo de Bennett, el polo comenzó a dispersarse por dicho país, y con ello vino el toque final, el que le faltó a los ingleses: en 1888 Estados Unidos creó el sistema de hándicaps.

 

El tope establecido por aquel entonces era de 5 goles; y en 1890, tras instituirse la United States Polo Association (USPA), cuyo primer presidente iba a ser H. L. Herbert, la máxima valorización se llevó a 10. Al año siguiente, el polo ya iba a tener su primer 10 goles de la historia, un americano por supuesto: Foxhall Keene.

 

Nacido como Foxhall Parker Keene el 18 de diciembre de 1869, en San Francisco, Keene no sólo fue un eximio polista, exquisito jinete y prolífico criador de caballos pura sangre de carrera, sino también un deportista talentoso y versátil, lo que le permitió destacarse en numerosas disciplinas: golf, tenis, carreras de autos, caza del zorro, salto, yachting. Muchos lo recuerdan, además, por su lujoso y extravagante estilo de vida, que se repartía entre fiestas, casas, autos último modelo y continuos viajes.

 

Cuando Foxie -como lo llamaban cariñosamente- tenía 7 años, su familia se mudó a Newport, Rhode Island. Por ese entonces, el pequeño Foxie recibió de regalo un pony; este obsequio fue el comienzo de su interés por todo lo relacionado con los caballos.

 

Hacia 1884, y debido a problemas financieros, los Keene abandonaron Newport y se mudaron a Babylon, New Island. Y un par de años más tarde, cuando las finanzas empezaron a mejorar, se trasladaron a Cedarhurst, cerca de Long Island. Cuenta Foxie que Cedarhurst contaba con una numerosa comunidad equina; y fueron estos vecinos quienes descubrieron que este chico de 14 años era un jinete admirable. Foxie se hizo socio del Rockaway Hunting Club, en el Condado de Nassau, en New York, y allí fue en donde arrancó su carrera junto al polo.

 

No sólo estaba destinado a convertirse en un jugador excepcional -su posición fue siempre la de número 3- sino que además se tomaba la profesión muy en serio: se sometía a un riguroso entrenamiento para mantenerse en forma, algo poco común para la época, lo cual le permitió desarrollar una fortaleza física envidiable. Practicaba asiduamente buscando mejorar su taqueo, y además era tan meticuloso en los detalles, que solía tener una montura específica para cada uno de sus caballos, con el fin de estar siempre a la misma altura del piso cuando estaba montado. Todo esto, sin contar que mandaba a hacer sus tacos a Holbrow’s, en Londres, y que era de los pocos cuyos establos estaban llenos de caballos, “los más grandes de Estados Unidos”, solía decir.

 

En 1886, Foxhall Keene es convocado para integrar el equipo de Estados Unidos que iba a participar de la primera edición de la Westchester Cup, el torneo de polo más antiguo del mundo, por el que se enfrentaban las dos potencias del deporte en aquellos años: Inglaterra y Estados Unidos. Y si bien el ganador de la serie -disputada en Rhode Island- de dos partidos fue Inglaterra (10-4 y 14-2), fue Foxhall Keene quien impuso las marcas de ser el primer polista en anotar en un partido internacional, y de convertir uno de los goles más rápidos, al conseguir un tanto a los 24 segundos de iniciado el encuentro. Keene estuvo presente en los subsiguientes duelos por la Westchester Cup (1886, 1900, 1902), y sólo se perdió el de 1913, debido a una fractura de clavícula.

 

Su ascendente carrera en el polo de los Estados Unidos con su equipo, Rockaway, sus victorias y el hecho de ser muy superior a los jugadores de su época, lo convirtieron en 1891 en el primer jugador con 10 goles de hándicap de la historia, valorización que mantuvo hasta 1903, cuando, de manera sorpresiva, la USPA decidió hacer algunos ajustes y Keene fue bajado a 9. Pero sería reivindicado en 1917, y conservaría la valorización perfecta hasta su retiro del alto hándicap, en 1920.

 

A su vez, Foxhall Keene demostraba también su talento fuera de su país. Iba frecuentemente a Inglaterra a competir en el circuito de los clubes de Londres, como Hurlingham, Ranelagh y Roehampton; y en 1900 fue a París con el equipo americano, The Foxhunters, a participar de los Juegos Olímpicos, donde obtuvo la medalla de oro.

 

En 1929, Newell Bent escribió sobre Keene en ‘American Polo’: “El señor Keene fue un muy brillante y fino número 3 que jugó tanto en Inglaterra como Estados Unidos, y fue tan sobresaliente que por mucho tiempo fue considerado el mejor por sobre todos los jugadores de su país”.

Hacia 1906, en Inglaterra, dijeron de él: “El señor Keene es considerado el más refinado jugador de polo, tanto en su país como en Inglaterra (…). Conoce el juego a la perfección, tiene un brillante dominio de la bocha y es un experto y hábil jinete”.

 

Como mencionamos anteriormente, Foxhall Keene se retiró del alto hándicap en 1920. Para ese entonces, su físico, aunque fuerte, le había pasado factura debido a innumerables lesiones. Hacia 1935, y casi en bancarrota a causa de sus lujos y extravagancias, se fue a vivir con su hermana, Jesse, a una modesta casa en un pueblo de Canadá. Su salud se fue resintiendo hasta que falleció el 25 de septiembre de 1941, a los 71 años.

 

Pero Foxie jamás se arrepintió de nada, como lo reconoció en su autobiografía, “Full Tilt”, escrita con Alden Hatch: “Ya no monto más. Mi fuerza, mi talento, incluso mi fortuna, que usé para vivir como un rey, ya no existen. Pero, si tuviera que hacerlo todo otra vez, lo haría exactamente igual. Fue una vida a pleno”.

 

En 1992 tuvo su reconocimiento. Por sus logros, por haber sido el primer 10 goles de la historia, por su extraordinaria carrera y por su contribución al deporte, Foxhall Keene fue inducido al Hall of Fame of Polo.

Ningún otro jugador de aquellos tiempos estuvo por arriba de Foxhall Keene. Recién en 1911 iba a aparecer el primer 10 goles británico, que fue Walter Buckmaster, mientras que en 1913 Juan Traill iba a lograr la máxima valorización en Argentina. Pero esa es otra historia.